Cuitláhuac García, el primer gobernador de la Cuarta Transformación (4T) en Veracruz, culminará su gestión el 30 de noviembre, dejando tras de sí una notable carga de deudas y compromisos incumplidos en materia de derechos humanos, especialmente respecto a la crisis de desapariciones en el estado. Su administración se caracteriza por una serie de promesas, en particular hacia los familiares de desaparecidos y las víctimas de agresiones contra periodistas, pero su legado también se ve oscurecido por la represión hacia opositores y medios de comunicación críticos.
Al asumir el cargo en diciembre de 2018, García firmó una declaración para enfrentar la grave crisis de derechos humanos relacionada con desapariciones, con la intención de legítimamente posicionar su gobierno como un defensor de la verdad y justicia en un estado con una larga historia de violencia y corrupción, heredada de administraciones anteriores, especialmente la del exgobernador Javier Duarte. Sin embargo, durante su mandato, las desapariciones no solo continuaron, sino que se incrementaron, con casos emblemáticos de desapariciones masivas como las de 12 personas en Tres Valles, cuatro campesinos en Actopan, y otros incidentes en diferentes municipios.
García y su administración habían prometido procesos y mecanismos claros para abordar la búsqueda, identificación e investigación de los desaparecidos y ofrecer atención integral a las víctimas y sus familias, pero estos compromisos no se han materializado, dejando a muchas familias sin respuesta y justicia. Su administración se recordará también por la falta de protección a periodistas, a pesar de sus promesas de que no se violarían los derechos humanos bajo su gestión.