El Congreso de Guanajuato aprobó recientemente la contratación de una deuda de 8 mil millones de pesos a solicitud de la gobernadora Libia García Muñoz Ledo. Esta deuda se estructurará en dos créditos de 4 mil millones de pesos cada uno, y uno de estos créditos se destinará a financiar la primera etapa del acueducto Solís-León. Este proyecto es parte del Plan Nacional Hídrico implementado por la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y ha encontrado una fuerte oposición entre los productores agrícolas de la región, en particular de municipios del sur como Acámbaro.
Más de cien personas se manifestaron en el Palacio Legislativo en contra del proyecto, argumentando que el acueducto extraería agua de la presa Solís, que originalmente se diseñó para uso agrícola, con el objetivo de abastecer a los municipios del corredor industrial de Guanajuato. A pesar de la oposición y las advertencias de los agricultores, las bancadas del PAN, PRI, PVEM y Movimiento Ciudadano lograron aprobar el endeudamiento por 24 votos a favor, mientras que los 11 legisladores de Morena, junto con un representante del Partido del Trabajo, votaron en contra.
Durante la sesión, los manifestantes expresaron su descontento con gritos de "¡Traidores!", "¡Rateros!" y "¡Vendidos!" hacia los diputados que apoyaron la aprobación. El grupo parlamentario de Morena aclaró que su rechazo estaba enfocado en la cuestión del endeudamiento y no en el proyecto hídrico en sí. La obra del acueducto tiene un costo total estimado de 15 mil millones de pesos, con el estado cubriendo el 50% y el gobierno federal el resto.