La protesta realizada por familiares de personas desaparecidas en el Palacio Legislativo de San Lázaro pone de relieve la insatisfacción y frustración que sienten ante la modificación de la Ley General en Materia de Desaparición Forzada. Los manifestantes, bajo lemas como “Sin las familias, no” y “Espiar no es buscar”, señalaron la falta de consulta a las familias de las víctimas en el proceso de reforma, argumentando que las enmiendas aprobadas son solo "cosméticas" y no contribuyen a la búsqueda efectiva de sus seres queridos desaparecidos.
Jorge Verástegui González, quien ha vivido el dolor de la desaparición de su hermano y su sobrino desde 2009, expresó que su colectivo había solicitado un Parlamento Abierto para que las familias pudieran participar en el rediseño de la ley. Sin embargo, lo que recibieron fueron respuestas insuficientes y encuentros que no abordaron de manera efectiva sus preocupaciones.
La crítica hacia el gobierno de Claudia Sheinbaum también resalta la percepción de que las autoridades no están tomando en serio las demandas de las familias, especialmente en lo que respecta al liderazgo de la Comisión Nacional de Búsqueda. La persistencia de la funcionaria en su puesto, a pesar de la solicitud de renuncia, refuerza la sensación de desinterés en resolver la crisis de desapariciones en el país.
El uso de hashtags como #SinLasFamiliasNo y #EspiarNoEsBuscar refleja la insistencia de las familias en que su participación y voz son esenciales en cualquier proceso que busque abordar la problemática de la desaparición forzada en México. La protesta no solo busca llamar la atención sobre la ley actual, sino también sobre la importancia de incluir a quienes más han sufrido esta realidad en la toma de decisiones que les afectan directamente.