La situación en Nayarit ha generado una controversia importante en torno a las detenciones de Isaac Benjamín Cárdenas Valdés, conocido como “Chakín”, y Edgar Iván, acusados de ultraje a la moral. Las familias de ambos han denunciado que las detenciones fueron arbitrarias y que se llevaron a cabo en diferentes momentos y lugares, lo que contradice la versión oficial de la Fiscalía General del Estado (FGE), que afirmaba que los jóvenes fueron arrestados juntos y en flagrancia.
La reacción de los compañeros de “Chakín” sugiere que estas detenciones podrían estar vinculadas con su activismo en contra de la demolición de la Plaza de las Artes y la construcción de un nuevo estadio en el mismo sitio. Esto añade un contexto significativo a la crítica que se ha generado hacia las acciones del gobierno local, que, según algunos, intenta silenciar las voces disidentes en torno a proyectos urbanos controvertidos.
Las declaraciones de la madre de Isaac, quien describe su detención como una acción abrupta y sin justificación, refuerzan las dudas sobre la legalidad del procedimiento. Además, el hecho de que días antes Isaac hubiera sido liberado tras una falta administrativa menor hace que su detención posterior parezca aún más sospechosa. La acusación de cohecho se suma a la confusión, ya que esto parece contradictorio con el relato de los hechos proporcionado por la FGE.
La difusión de un video en redes sociales que muestra que la detención de Edgar Iván ocurrió en circunstancias diferentes a las de Isaac también ha intensificado las críticas hacia la versión oficial, lo que plantea preguntas sobre la veracidad de las acusaciones y la integridad de las prácticas de la policía y la fiscalía en este caso. En este contexto, se presagia un posible aumento en la atención pública y mediática sobre los derechos civiles y las libertades en Nayarit.