Política
Fernández Noroña, del poder en el Senado al ocaso de un “plebeyo”
Gerardo Fernández Noroña, quien ha tenido una trayectoria significativa en la política mexicana, dejará su puesto como Presidente de la Mesa Directiva del Senado este fin de semana. A lo largo de su carrera, que incluye roles como taxista, librero y sociólogo, Noroña ha estado vinculado a partidos de izquierda y ha enfrentado tanto críticas como elogios por su estilo y decisiones.
Su salida del Senado no es un evento que suceda en silencio; está marcada por una serie de controversias. Recientemente, ha estado bajo presión dentro de su partido, Morena, y ha enfrentado críticas por sus viajes al extranjero, así como por la compra de una propiedad en Tepoztlán, Morelos, por un monto significativo que contrasta con los principios de austeridad promovidos por figuras clave como López Obrador y Claudia Sheinbaum. Este escándalo ha resurgido en un contexto donde la austeridad es un mensaje central de la administración actual.
Además, su tiempo en el Senado estuvo marcado por momentos de tensión, como un enfrentamiento físico con el priista Alito Moreno en una sesión reciente, que ha generado un mayor escrutinio hacia su persona y su forma de ejercer el poder.
A pesar de su rol prominente, sus detractores argumentan que no ha logrado establecerse en la esfera política de manera efectiva, enfrentándose a desdén por parte de las élites del poder. Aunque ha logrado importantes avances, incluyendo reformas clave para la Cuarta Transformación, su relación con figuras como López Obrador y Sheinbaum ha sido compleja, y su legado en el Senado es motivo de debate. Fernández Noroña se ha mantenido firme en su identidad y principios, manifestando que su esencia política no cambiará, sin importar las circunstancias.