La situación económica de México se presenta como un tema de creciente preocupación entre el sector privado, según un análisis reciente del Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP). A medida que se acerca el cierre del primer semestre de 2023, diversos indicadores económicos han mostrado señales alarmantes de debilidad.
El CEESP destaca que el Producto Interno Bruto (PIB) ha experimentado crecimientos por debajo del 1.0% durante dos trimestres consecutivos, lo que indica una desaceleración clara en la economía. Además, la formación bruta de capital fijo, que refleja el nivel de inversión productiva en el país, también ha sufrido caídas consecutivas, lo que sugiere una tendencia hacia una mayor contracción económica.
Por otro lado, el análisis menciona que muchos indicadores del mercado interno están en deterioro, con algunos mostrando cifras negativas. Por ejemplo, el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) reportó una contracción anual del 0.1% en marzo, aunque en abril se estimó un leve crecimiento del 0.2%. Sin embargo, se anticipa que en mayo el indicador volverá a registrar una caída de aproximadamente 0.3%.
A pesar de los intentos del gobierno por transmitir confianza en el avance económico, el CEESP enfatiza que el debilitamiento del crecimiento del PIB ha sido una tendencia acumulativa de más de dos años, lo que sugiere que las expectativas de un repunte significativo podrían ser poco realistas. Además, el contexto internacional, incluido el conflicto en Medio Oriente y las políticas arancelarias de Estados Unidos, añaden riesgos adicionales a la ya frágil situación económica de México.