El conflicto entre FIFPRO, el sindicato mundial de futbolistas, y la FIFA ha llegado a un punto álgido, con FIFPRO criticando el estilo de liderazgo autocrático de Gianni Infantino como perjudicial para los derechos de los jugadores. Tras una reunión de 58 sindicatos nacionales, FIFPRO hizo un llamado para que el fútbol adopte un enfoque más responsable y colaborativo, en lugar de ser dirigido como un imperio.
La crítica también se centra en la reciente reunión que Infantino tuvo con funcionarios no oficiales, la cual se considera un intento de la FIFA de avanzar su agenda sin el aporte genuino de los jugadores. Además, FIFPRO ha levantado la voz ante la Comisión Europea, presentando una queja formal sobre la gobernanza y toma de decisiones de la FIFA, que se basa en preocupaciones sobre el calendario de partidos saturado y las condiciones de juego.
La FIFA, por su parte, ha respondido acusando a FIFPRO de fomentar un tono divisivo y contradicciones, viendo sus acciones como un intento de proteger intereses personales más que como un verdadero intento de diálogo. La situación refleja un conflicto profundo sobre cómo se deben gestionar los intereses de los jugadores en el deporte.