El reciente relanzamiento de la imagen y narrativa del Partido Acción Nacional (PAN) ha generado bastante atención, especialmente por la notable participación del expresidente Felipe Calderón y su esposa, Margarita Zavala Gómez del Campo. Este evento, encabezado por el actual dirigente nacional, Jorge Romero Herrera, representa un intento por revitalizar la presencia de Calderón en la política, a pesar de su distanciamiento del partido desde 2017.
En el informe de actividades de Zavala como diputada federal, Romero hizo hincapié en la importancia del legado de Calderón, sugiriendo que la narrativa del PAN debería centrarse en resaltar sus logros durante su presidencia. Esto marca un cambio significativo, dado que los calderonistas habían sido excluidos del PAN en los últimos años debido a las tensiones internas, especialmente por el control del partido ejercido por grupos alineados con Ricardo Anaya Cortés.
La reaparición de Calderón y Zavala, junto con su creciente protagonismo en la narrativa del PAN, podría significar un intento de reconciliación dentro del partido y un posible regreso de Calderón a la política activa, lo cual ha sido insinuado por él en recientes entrevistas. Este panorama sugiere un nuevo capítulo en las dinámicas del PAN, donde el legado calderonista podría jugar un papel central en el futuro del partido.