El triste caso del sacerdote Ernesto Baltazar Hernández Vilchis ha conmocionado a la comunidad del Estado de México. Según la información confirmada por la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM), el cuerpo de Hernández fue encontrado el 13 de noviembre en un canal de desagüe en Nextlalpan, luego de haber sido reportado como desaparecido desde el 27 de octubre en Coacalco.
El sacerdote, de 43 años, fue hallado en un estado avanzado de descomposición, envuelto en bolsas negras y atado a un sillón. Dadas las condiciones del cuerpo, se llevó a cabo un análisis genético que confirmó su identidad.
Se arrestaron a dos sospechosos, identificados como María Fernanda "N" y Brandon Jonathan "N". Se les investiga por su posible participación en la desaparición del sacerdote. La fiscalía descubrió que el 29 de octubre, la víctima había estado en el domicilio de Brandon Jonathan, acompañado de una mujer, donde supuestamente consumieron alcohol y drogas. Según las indagatorias, Brandon habría agredido a Hernández con un objeto punzocortante, causándole la muerte.
Después del crimen, se alega que los tres implicados intentaron desviar las investigaciones y ocultar el cuerpo, que fue trasladado a Nextlalpan y abandonado en un río de aguas residuales. La investigación se inició tras una denuncia realizada por los familiares de la víctima el 31 de octubre, que permitió rastrear el vehículo del sacerdote en cámaras de seguridad. Además, se identificó una motocicleta que acompañó al vehículo y que fue vendida por uno de los investigados. La propietaria de la moto informó que Brandon le había pedido el préstamo de la misma para vender una camioneta en Hidalgo, bajo la excusa de haber sido víctima de un fraude.
El caso sigue bajo investigación y se ha solicitado una orden de aprehensión contra un tercer implicado. La comunidad local y los familiares del sacerdote están a la espera de que se haga justicia.