El relato describe un grave incidente de violencia en la comunidad de Vicente Guerrero, en el municipio de Ocozocoautla, Chiapas, donde un hombre identificado como Héctor Zúñiga Trejo fue desaparecido por hombres armados encapuchados en una cantina. Esta situación ha generado un clima de miedo entre los habitantes, que se sienten amenazados por la presencia de individuos armados en la zona, los cuales han sido asociados con la delincuencia organizada.
A pesar de que durante la gestión del gobernador Eduardo Ramírez Aguilar se ha dado una disminución en algunos delitos de alto impacto en el estado, como homicidios y extorsiones, los testimonios de la población sugieren que el miedo y la inseguridad persisten, especialmente en comunidades más pequeñas y vulnerables. Los residentes de Vicente Guerrero han señalado que las fuerzas de seguridad, específicas de élite, aún no han llegado a su localidad, lo que contribuye a la sensación de desprotección.
Además, el caso de Héctor Zúñiga no es aislado; se menciona la desaparición de cuatro adolescentes en el municipio de Arriaga, cuyas familias también han enfrentado miedo y presiones para no divulgar información sobre el caso. Este contexto de violencia y la lucha de las familias por justicia resaltan la complejidad y la seriedad del problema de las desapariciones forzadas en la región, así como la resistencia de la comunidad para clamar por ayuda y respuestas de las autoridades.
La combinación de la violencia organizada y la falta de respuesta estatal efectiva plantea serias interrogantes sobre la seguridad y el estado de derecho en Chiapas, y refleja las dificultades que las comunidades enfrentan al tratar de lidiar con la delincuencia en sus entornos.