Cox ha aprobado la adquisición del 100% de Iberdrola México por aproximadamente 4 mil 200 millones de dólares, con un respaldo casi total de los accionistas. Esta transacción se considera un paso crucial en la estrategia global de Cox, reforzando su presencia en un mercado clave para consolidarse como un jugador importante en los sectores del agua y la energía.
La salida de Iberdrola se da en un contexto de incertidumbre jurídica en el sector energético, exacerbada por la reforma energética del gobierno de Claudia Sheinbaum. Aunque la empresa tomó esta decisión como parte de su estrategia, se ha mencionado que el entorno jurídico del país influyó en su salida, lo que ha sido un punto de debate en la industria.
La operación refleja un cambio significativo en el panorama energético de México, marcando el cierre de un ciclo para Iberdrola como uno de los actores principales en el sector en los últimos años.