La obra **Los maromeros** de Verónica Musalem presenta una narrativa rica en simbolismo y exploración personal, entrelazando la vida de una mujer en crisis con la tradición ancestral de su tierra, la Sierra de Oaxaca. En ella, se trazan dos líneas dramáticas: por un lado, la crisis existencial de la protagonista, a punto de rendirse ante el desasosiego de su vida; por otro, la vitalidad de los cuentos y mitos de su cultura, representados a través de personajes que mantienen vivas las tradiciones del malabarismo.
Musalem utiliza la estructura del teatro dentro del teatro para reflejar su propia experiencia como dramaturga, en un proceso que va más allá de lo autobiográfico. La protagonista, en su búsqueda de autoafirmación y redescubrimiento, se embarca en un viaje tanto físico como emocional a través de la Ciudad de México, donde experimenta la vida de una manera diferente, impulsada por una versión más joven de sí misma.
El uso de elementos como el monólogo poético inicial y la cuerda roja que la sostiene simboliza la lucha interna de la mujer, quien, a medida que avanza en su proceso creativo, va encontrando su voz y valor. Los personajes de su obra que van surgiendo, provenientes de sus raíces oaxaqueñas, enriquecen su narrativa personal.
Musalem destaca no solo por su habilidad para entrelazar las historias de su pueblo con su propia vida, sino también por la representación vibrante de la cultura oaxaqueña, que se manifiesta en los trajes tradicionales, las leyendas y el colorido de su universo. La amenaza de los canadienses que buscan apropiarse de sus riquezas añade una capa de tensión a la trama, convirtiéndose en un símbolo del conflicto entre el respeto por las tradiciones y la avaricia externa.
En resumen, **Los maromeros** es una obra que invita a la reflexión sobre la identidad, la creación y la resistencia cultural, ofreciendo una experiencia teatral que combina emociones profundas con una rica herencia cultural.