La industria de los videojuegos se encuentra en un momento complicado debido a la incertidumbre arancelaria y el aumento de precios que están enfrentando los consumidores. Microsoft ha incrementado el precio de sus consolas Xbox, incluyendo un aumento de 80 dólares en la Xbox Series S y de 100 dólares en la Xbox Series X. Estos cambios se justifican por "condiciones de mercado y el aumento del costo de desarrollo", aunque la compañía no mencionó específicamente los aranceles.
El impacto de esta situación no solo afecta a las consolas, sino también a sus accesorios, como los controles y auriculares. Además, se espera que ciertos juegos tengan precios más altos durante la temporada navideña. Esta tendencia de aumento de precios también ha sido observada en Sony, que recientemente incrementó el precio de la PlayStation 5 en varios mercados, citando un "entorno económico desafiante".
Estos cambios en los precios reflejan la presión que las empresas están sintiendo debido a las guerras comerciales y los aranceles impuestos, particularmente los que afectan a productos provenientes de China. Los economistas advierten que estos aranceles provocarán un aumento en los precios de bienes de consumo que dependen de cadenas de suministro globales, lo que incluye a los electrónicos y, por ende, a las consolas de videojuegos. Este panorama genera preocupación entre los gamers, quienes enfrentan no solo un aumento en los precios, sino también la incertidumbre sobre el futuro de la industria.