La situación en Uruapan ha sido tensa y emotiva tras el asesinato del presidente municipal Carlos Alberto Manzo Rodríguez. En respuesta a su trágica muerte, miles de ciudadanos se han movilizado durante seis días consecutivos, exigiendo tanto la pacificación del estado de Michoacán como una investigación exhaustiva sobre el homicidio de Manzo.
La manifestación de hoy atrajo alrededor de 50,000 personas, quienes se vistieron de blanco y llevaron pancartas que englobaban mensajes de recuerdo hacia Manzo y exigencias hacia el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla para que renuncie. Además, los asistentes realizaron la marcha portando un ataúd, simbolizando el dolor y la indignación colectiva.
La abuela de Carlos Manzo, Raquel Ceja, quien a sus casi 90 años se presentó en silla de ruedas, fue una de las figuras más conmovedoras del evento. En su dolor, expresó su incredulidad y tristeza, recordando la cercanía que tuvo con su nieto y la valentía que él mostró en su papel como líder municipal. También acompañaron la manifestación la madre de Manzo y la ahora presidenta municipal de Uruapan, Grecia Quiroz, lo que evidenció la profundización del luto en la comunidad.
El impacto de estas manifestaciones ha llevado a parálisis en diversas actividades de la ciudad, reflejando la importancia de Uruapan tanto a nivel académico, comercial como social. La movilización de la población denota una clara demanda de justicia y un anhelo por la seguridad en la región, que es vital para la economía local, siendo Uruapan un centro neurálgico de la producción de aguacate en el país.