El obispo de la Diócesis de San Antonio, Texas, Gustavo García Siller, expresó su profunda frustración ante las actuales políticas migratorias en Estados Unidos, destacando su compromiso y el de otros obispos de la frontera entre México y Texas para ayudar a los migrantes. Durante una reunión de representantes de la iglesia católica que se llevó a cabo en Piedras Negras, los obispos discutieron no solo la migración, sino también problemas como las adicciones, el suicidio y la necesidad de proteger a los niños.
García Siller afirmó que, aunque el fenómeno migratorio siempre ha sido complicado, actualmente siente una impotencia más aguda debido a la percepción de un cierre de puertas y una defensa intensificada en las políticas migratorias. Sin embargo, subrayó que a pesar de estos desafíos, los obispos siguen firmes en su compromiso de apoyo a los migrantes, inspirados por el ejemplo de sus predecesores, como el Papa León XIV.
Aseguró que los pastores de la iglesia están junto al pueblo de Dios y que continuarán buscando soluciones y alternativas para enfrentar los retos que enfrentan los migrantes, cultivando una actitud de esperanza a pesar de la adversidad. Enfatizó que, si bien la situación es difícil, también surgen oportunidades de amor y solidaridad en medio de las dificultades.