Primer año de Sheinbaum, bajo la sombra de un proyecto ajeno

El análisis de José Antonio Aguilar Rivera sobre el primer año del gobierno de Claudia Sheinbaum Pardo destaca una continuidad en el régimen político de México, siguiendo la línea del proyecto iniciado por Andrés Manuel López Obrador. Esta continuidad, según el politólogo, se refleja en la consolidación de programas sociales y el fortalecimiento del control estatal, aunque también plantea desafíos en términos de autonomía, género y gobernabilidad.
A pesar de su popularidad, Sheinbaum opera en un contexto donde su independencia puede verse limitada por pactos y figuras cercanas a López Obrador que marcan su actuación. Aguilar Rivera menciona que el apoyo hacia Sheinbaum podría estar más alinhado con la base del movimiento de Morena que con una aprobación personal hacia ella. En caso de conflictos con López Obrador, su liderazgo podría verse amenazado.
La simbología de su gobierno se manifiesta en actos como el 15 de Septiembre, donde Sheinbaum utilizó un vestido morado en un guiño al feminismo, aunque Aguilar Rivera considera que estos gestos no necesariamente implican cambios profundos en las políticas. De este modo, su análisis sugiere que, aunque hay un reconocimiento a ciertos avances simbólicos, la verdadera transformación en la política mexicana aún está por verse y podría depender de cómo evolucione su relación con el legado de López Obrador.

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