El homenaje rendido por el gobierno de Guerrero a Rubén Figueroa Figueroa, exgobernador de la entidad de 1975 a 1981, ha generado controversia, especialmente entre familiares de víctimas de la represión durante su mandato y representantes de organizaciones sociales. Figueroa es considerado por muchos como un artífice de la "guerra sucia" en Guerrero, un periodo marcado por la represión y violencia contra movimientos sociales y campesinos.
El evento, que se llevó a cabo en conmemoración del 117 aniversario del natalicio de Figueroa, fue justificado por el gobierno estatal como parte de un calendario cívico oficial. Sin embargo, las críticas no se hicieron esperar, especialmente de parte de líderes como Norma Mesino de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), quien lamentó que ningún gobierno anterior, incluso los de derecha, se atreviera a rendir homenaje a un "gobernador genocida".
Después de las reacciones negativas, el gobierno de Evelyn Salgado decidió borrar la publicación del acto de sus cuentas oficiales. La ceremonia incluyó la asistencia de autoridades militares y de seguridad pública, así como del hijo del homenajeado, Rubén Figueroa Alcocer, quien también ejerció como gobernador y renunció tras un escándalo relacionado con una masacre ocurrida en 1995.
Este incidente refleja las tensiones en Guerrero vinculadas a la memoria histórica y la lucha por justicia por las violaciones de derechos humanos durante periodos de represión.