El artículo destaca la controversia en torno a la gestión de recursos públicos destinados al deporte en México, en particular en relación con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) y su director, Rommel Pacheco. Aunque la presidenta Claudia Sheinbaum había prometido priorizar el deporte social y comunitario, se observa que una parte significativa del presupuesto se ha dirigido a la Federación Mexicana de Ecuestre (FME), un deporte considerado elitista, que ha recibido una gran cantidad de recursos desde 2018.
En el primer trimestre de 2025, la FME fue la federación que más subsidios recibió, con un total de varios millones de pesos, mientras que los seleccionados nacionales de marcha, como Alegna González y Ever Palma, han tenido que cubrir sus propios gastos en competencias internacionales, ya que no han recibido apoyo financiero de la Conade.
Además, se menciona la realización del Global Champions Tour en la Ciudad de México, un evento prestigioso pero que ha suscitado críticas debido a la asignación de recursos a un deporte que favorece a una élite, en lugar de a las disciplinas que podrían beneficiar a un mayor número de atletas y à la comunidad en general.
Por último, el artículo subraya la discreta actuación de los jinetes mexicanos en competencias olímpicas, a pesar de la considerable inversión de dinero público en el deporte ecuestre, lo que plantea preguntas sobre la efectividad y las prioridades en la gestión del financiamiento deportivo en el país.