“Traición”, de Pinter

La obra *Traición* de Harold Pinter, actualmente en cartelera en el Teatro La Capilla, ofrece una exploración profunda de las complejidades de las relaciones humanas a través de un triángulo amoroso. Dirigida por Diego Álvarez Robledo e interpretada por Tamara Vallarta, Hamlet Ramírez y Fernando Villa, la pieza se distingue por su estructura innovadora: cuenta la historia desde el final hacia el principio, manteniendo la tensión no en lo que va a suceder, sino en los misterios del pasado.
Pinter, con su característica habilidad, revela los subtextos de los personajes, marcando un claro rompimiento con las convenciones del realismo clásico. Aquí, las palabras nunca son simplemente lo que parecen; hay un constante juego de engaños y verdades a medias. Esta ambigüedad convierte al espectador en un participante activo, quien acumula información que los propios personajes ignoran, revelando la maestría del autor en el uso de la gestión de la información.
La obra comienza con un encuentro entre Ema y Jerry, dos años después de que su relación ha terminado, planteando una narrativa que se mueve hacia atrás en el tiempo. Las escenas, a menudo saltando en años y contextos, construyen un retrato emocional que culmina en la revelación de secretos y malentendidos. La construcción temporal puede parecer caótica, pero Pinter establece un ritmo que refleja la complejidad de los sentimientos involucrados.
Los actores logran transmitir la ambigüedad del texto con gran naturalidad, utilizando silencios y subtextos para enriquecer sus interpretaciones. Este enfoque no solo resalta el dolor y las inseguridades de los personajes, sino que también hace evidente la desigualdad en las relaciones, mostrando cómo los personajes masculinos son tratados con mayor profundidad en comparación con el papel de Ema.
A través de este enfoque, *Traición* se convierte en un análisis agudo del deseo, la fidelidad y las dinámicas del poder en las relaciones humanas, haciendo que cada escena sea un reflejo de la complejidad y la contradicción inherente a las emociones humanas. La habilidad actoral, unida a la magistral escritura de Pinter, promete un espectáculo que desafía y cautiva al público, llevándolo a cuestionar la naturaleza misma de la verdad y la traición en las relaciones personales.

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