Carlos Ortigoza Sequeiros, el médico que llevó a cabo la operación de rinoplastia en Fernanda, una adolescente de 15 años que sufrió un infarto cerebral, tenía un historial problemático con las autoridades de salud. A pesar de haber sido previamente boletinado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) en 2018 por llevar a cabo cirugías estéticas en condiciones irregulares, Ortigoza continuó desempeñándose como médico.
La clínica donde se realizaban estos procedimientos, Sequeiros Beauty, había sido clausurada en varias ocasiones por la Fiscalía de la Ciudad de México y el Instituto de Verificación Administrativa (INVEA). En el caso específico de Fernanda, la cirugía se llevó a cabo en el hospital privado Max Medic, el cual aún no cumplía con todos los requisitos necesarios para operar legalmente.
Ortigoza Sequeiros posee un título de Médico Cirujano de la Universidad Anáhuac y una maestría en Cirugía Estética del Instituto de Estudios Superiores en Medicina. La situación resalta la necesidad de mayor supervisión y regulación en el ámbito de las cirugías estéticas para garantizar la seguridad de los pacientes.