El reciente asesinato de dos colaboradores cercanos de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, ha generado una fuerte reacción tanto a nivel personal como en el ámbito político. Ximena Guzmán y José Muñoz fueron asesinados en un ataque directo en la Calzada de Tlalpan, un hecho que ha causado conmoción en la comunidad y ha planteado preocupaciones sobre la seguridad en la capital.
Brugada, quien asistió a la instalación de la Junta Promotora del Sistema Público de Cuidados vestida de luto, agradeció el apoyo de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, quien expresó su solidaridad en una conferencia de prensa. Sheinbaum reafirmó que Brugada "no está sola" y que tanto su gobierno como el pueblo de la Ciudad de México están respaldados en estos momentos difíciles.
El ataque tuvo lugar en una de las áreas más transitadas de la ciudad, lo que subraya la gravedad del problema de la seguridad en la metrópoli. Las autoridades ya han comenzado las investigaciones, recuperando grabaciones de videovigilancia y encontrando vehículos que podrían haber estado involucrados en el ataque. Esta situación se convierte en un reto significativo para la administración de Brugada, tanto en términos de respuesta a la violencia como en la percepción pública de la seguridad en la ciudad.