La reciente votación para la elección de jueces del Poder Judicial en Guerrero enfrentó múltiples desafíos, que incluyeron la no instalación de 13 casillas debido a la falta de apertura de escuelas por parte de maestros disidentes que exigían la derogación de la Ley del ISSSTE. A su vez, otras cuatro casillas no pudieron constituirse en comunidades de la Tierra Caliente por razones relacionadas con la violencia criminal en la región.
El vocal ejecutivo del INE en Guerrero, Donaciano Muñoz Loyola, reportó que, a pesar de la instalación de 2,779 de las 2,900 casillas programadas (lo que representa un 95% de cumplimiento), la participación de los votantes fue alarmantemente baja, con solo un 12.62% del padrón electoral, lo que se traduce en alrededor de 320,000 electores de un total de 2,658,000 registrados.
Durante la jornada electoral, se produjeron 45 incidentes menores, y se destacó que muchas de las casillas no se pudieron abrir por cambios en los domicilios de votación, en parte debido a las protestas de los educadores. En particular, en Ometepec, dos secciones electorales debieron suspender su actividad electoral antes del cierre por la presencia de individuos armados en un vehículo polarizado.
Este contexto refleja tanto la apatía ciudadana hacia las elecciones como los efectos del conflicto social y la inseguridad en el proceso democrático de Guerrero.