En lo recóndito de la montaña de Guerrero Tláloc aún escucha plegarias (Video)
El ritual que se lleva a cabo en San Juan Bautista Acatlán y Zitlala, Guerrero, es un ejemplo de la rica fusión entre las tradiciones mesoamericanas y la influencia católica en la región. Los pobladores participan en ceremonias para solicitar la bendición del dios Tláloc, conocido como el dios de la lluvia, así como la intercesión de la cruz cristiana, para garantizar buenas cosechas y mantener la salud y la paz en sus comunidades.
El inicio del ritual el 25 de abril marca el comienzo de un periodo de invocaciones y celebraciones que culminan el 2 de mayo. Durante estos días, los tekuanes, tlacololeros y kojtlatlas representan diferentes aspectos de la cultura y la historia local mientras participan en las festividades, que incluyen danzas y ofrendas de flores y veladoras.
El día 1 de mayo es específico para venerar a los santos y dioses del cristianismo, subrayando la coexistencia de ambas creencias. Finalmente, la caminata de 12 kilómetros hacia el Cruzco es una muestra de devoción y resiliencia comunitaria, uniendo a jóvenes y ancianos en una tradición que refuerza su conexión con la tierra y la espiritualidad. Esta ceremonia no solo es una práctica agrícola, sino también una manifestación cultural que refleja la identidad y las necesidades de los habitantes de la región.
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