La situación respecto al brote del gusano barrenador en México se ha vuelto crítica, y el gobierno federal ha decidido intensificar su respuesta a este problema de sanidad animal. Un año después de que la infección comenzara a expandirse, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural ha implementado medidas más estrictas a través del Dispositivo Nacional de Emergencia de Sanidad Animal (Dinesa).
Las nuevas disposiciones requieren que tanto las secretarías estatales de Desarrollo Agropecuario como el sector privado colaboren en la notificación de cualquier presencia del gusano, lo que implica una comunicación más cercana con el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica).
Un aspecto destacado de estas medidas es que todos los movilizadores de ganado de diversas especies, incluyendo bovinos, ovinos y aves, deben cumplir con normativas específicas para asegurar la sanidad del ganado. Esto incluye la obtención de un Certificado Zoosanitario de Movilización (CZM), así como la administración de tratamientos antiparasitarios y la limpieza de los animales antes de su traslado.
Se prohíbe la movilización de animales que no se encuentran en condiciones adecuadas, es decir, aquellos que no pueden mantenerse en pie, enfermos, fatigados, o que presenten heridas o infestaciones de gusaneras. Esta regulación es fundamental para prevenir la dispersión de la mosca que transmite el gusano barrenador, buscando así contener el brote y proteger la salud del ganado.