En su primer mensaje como embajador de Estados Unidos en México, Ronald Johnson enfatizó su intención de colaborar con la presidenta Claudia Sheinbaum en cuestiones relacionadas con la seguridad, la frontera y la migración, aunque omitió otras áreas de la agenda bilateral, como el comercio y la cultura. En un video editado que circuló en redes sociales, Johnson, un exmilitar y exoficial de la CIA, adoptó un discurso alineado con la corriente conservadora estadounidense, utilizando términos como "libertad", "familia", "trabajo duro" y "respeto a Dios".
Su visita al canciller Juan Ramón de la Fuente fue seguida de una cena con Eduardo Verástegui, un destacado defensor de la agenda de ultraderecha vinculada al gabinete de Donald Trump, quien lo designó para este puesto. A diferencia del enfoque conciliador de su predecesor, Ken Salazar, embajador durante la administración de Joe Biden, Johnson reiteró la importancia de la relación entre Estados Unidos y México, destacando que son más que socios; son "vecinos y amigos". Se mostró optimista sobre la posibilidad de trabajar en conjunto para el bienestar y la seguridad de ambos países.