“Las familias, en muchos casos, han tenido que convertirse en investigadores, abogados y defensores de derechos humanos para buscar justicia donde las autoridades han fallado”, destacó Sandra Soto. Esto refleja la frustración y dolor que sienten muchas familias de víctimas de feminicidio, quienes a menudo se ven abandonadas por un sistema de justicia que no les brinda el apoyo ni la respuesta necesaria.
En el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, las manifestaciones en Morelos no solo recordaron a las víctimas, sino que también exigieron un compromiso real por parte del gobierno para prevenir y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres. A través de las marchas, las participantes levantaron sus voces para demandar políticas efectivas y un enfoque integral que aborde no solo el feminicidio, sino también la violencia que muchas sufren en sus hogares, en la calle y hasta en las instituciones que deberían protegerlas.
Las denuncias sobre la violencia institucional se hicieron eco en los discursos durante las marchas, donde se exigió a las autoridades que rindan cuentas y que se garantice la seguridad de las mujeres. "No podemos seguir viviendo con miedo, necesitamos que se nos escuche y se nos tome en serio", expresó una de las participantes.
El mural, que se convierte en un símbolo del dolor y la lucha de tantas familias, busca también visibilizar la importancia de recordar a las víctimas y de no dejarlas en el olvido. Cada rostro pintado es un llamado a la acción y a la solidaridad, en un contexto donde el feminicidio y la violencia de género siguen siendo una realidad alarmante en México. La comunidad, unida, reafirma su compromiso de seguir buscando justicia y cambios significativos en la lucha por la igualdad y la protección de los derechos de las mujeres.