La muerte de Nicole Stark Carrillo, una residente médica de 27 años en anestesiología, ha generado una profunda preocupación y demanda de justicia por parte de su familia. Según los relatos, Nicole se desmayó durante una cirugía y fue llevada a descansar en un área designada para médicos, donde posteriormente fue encontrada sin vida. La autopsia reveló que la causa de su muerte fue asfixia de origen indeterminado, lo que ha llevado a sus seres queridos a sospechar que podría tratarse de un homicidio.
La familia ha expresado que Nicole era una joven saludable, sin antecedentes de problemas médicos, y cuestiona la atención que recibió tras su desmayo. Aseguran que no fue supervisada adecuadamente y que no se siguieron los protocolos esperados en una situación de emergencia médica. Héctor Carrillo, su tío, ha narrado el desenlace trágico e inquietante de su fallecimiento, señalando que la notificación a la familia se hizo de manera tardía, una vez que se confirmó que Nicole ya no tenía signos vitales.
Además de pedir una investigación exhaustiva sobre las circunstancias de su muerte, la familia también ha llamado la atención sobre las condiciones laborales de los residentes médicos. Denuncian que muchos son explotados, trabajan largas jornadas en condiciones precarias y sin el apoyo necesario, lo que podría haber contribuido al trágico desenlace de Nicole. Su familia exigió que se implementen cambios significativos en la atención y supervisión de los residentes médicos en los hospitales, resaltando la necesidad crítica de protocolos adecuados para situaciones de emergencia.