La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX) determinó que la explosión de una pipa de gas en Iztapalapa, que resultó en la trágica pérdida de 31 vidas el pasado 10 de septiembre, fue responsabilidad del conductor del vehículo, quien también falleció una semana después del accidente. La titular de la FGJCDMX, Bertha Alcalde, mencionó que el conductor, Fernando Soto, perdió el control del vehículo debido a que estaba manejando a 4 kilómetros por encima del límite de velocidad permitido. Este exceso de velocidad fue un factor clave en el accidente, ya que al tomar una curva, el impacto provocó una hendidura en el tanque de gas, que rápidamente se expandió, resultando en un incendio devastador que afectó a viviendas y personas en la zona.
Durante la presentación del informe, Alcalde estuvo acompañada por peritos especializados, quienes señalaron que la falta de habilidad del conductor para mantener el vehículo en su carril contribuyó al accidente. Además, se reveló que Soto había estado manejando durante más de 16 horas antes del siniestro, superando así el límite de 14 horas establecido por la normativa. Fernando Soto había trabajado para la empresa que operaba la pipa durante un año y cuatro meses y murió el 16 de septiembre como consecuencia de las lesiones sufridas en el incidente.