El 22 de diciembre, las autoridades de México comenzaron a liberar agua de la presa El Cuchillo hacia Estados Unidos para cumplir con un compromiso hídrico establecido en un tratado de 1944. Esta acción se realizó en respuesta a la necesidad de cumplir con la deuda hídrica y se llevó a cabo a la medianoche. Los municipios de General Bravo y China, en Nuevo León, advirtieron a sus ciudadanos que se mantuvieran alejados del cauce del Río San Juan debido a la apertura de una compuerta.
La Secretaría de Relaciones Exteriores de México emitió un comunicado describiendo estas acciones como "extraordinarias", resaltando que el agua que se entregará a Estados Unidos proviene del Río San Juan. Además, se indicó que estas acciones tienen en cuenta las limitaciones operativas del sistema hidráulico en México, priorizando el uso agrícola y el consumo interno.
En la conferencia matutina del lunes, la presidenta Claudia Sheinbaum afirmó que, junto con los gobernadores de los estados afectados, se llegó a un acuerdo que minimiza el impacto en los agricultores mexicanos, especialmente en Tamaulipas, que es el estado más afectado por el uso de los recursos hídricos compartidos con Estados Unidos.