El caso de Israel Cortes Angulo, un niño de 12 años que desapareció el 3 de julio en Iztapalapa, pone de manifiesto las graves deficiencias y la insensibilidad de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México ante los casos de desapariciones. La familia del menor ha enfrentado un situación desgastante, primero al tratar de presentar la denuncia, donde experimentaron una ardua espera de más de diez horas. A pesar de haber levantado una Alerta Amber casi de inmediato, la respuesta de las autoridades ha sido mínima, lo que ha llevado a los familiares a tomar la iniciativa de difundir la búsqueda por sus propios medios.
Óscar Enrique Cortes Ortiz, tío del menor, ha expresado su frustración ante la falta de atención y acción por parte de la Fiscalía, haciendo un llamado a que la difusión de su sobrino sea tan efectiva como en otros casos que han recibido una mayor cobertura mediática. Denuncia que las autoridades no han realizado las acciones básicas necesarias para la búsqueda, como la revisión oportuna de las cámaras de seguridad, lo que les ha hecho perder valioso tiempo en la búsqueda del niño.
Este escenario evidencia una clara falta de recursos y compromiso de las autoridades correspondientes, que parecen concentrar sus esfuerzos en casos de alta visibilidad mediática, dejando a otras familias en el abandono y con un sentimiento de revictimización al enfrentar una burocracia insensible. La situación de Israel es un reflejo del dolor que muchas familias atravesadas por la desaparición de un ser querido han vivido, clamando por respuestas y un compromiso real por parte de las instituciones encargadas de brindar justicia y ayuda.