El asesinato de Ximena Guzmán y José Muñoz ha generado una fuerte ola de indignación y preocupación tanto a nivel nacional como internacional. Ambas víctimas eran colaboradoras cercanas de Clara Brugada, jefa de gobierno de la Ciudad de México, y su muerte resalta la creciente inseguridad y la violencia en el país. Las Naciones Unidas, a través de sus representaciones en México, condenaron el ataque y expresaron su solidaridad con las familias de los fallecidos.
El hecho ocurrió el 20 de octubre, cuando las víctimas fueron atacadas por un hombre en motocicleta en la Calzada de Tlalpan. Este acto de violencia no solo afecta a los familiares y amigos de Guzmán y Muñoz, sino que también plantea serias cuestiones sobre la seguridad de los funcionarios públicos y la eficacia de las estrategias de seguridad en la ciudad.
Las agencias de la ONU han exigido una investigación rápida y efectiva para esclarecer los hechos y llevar a los responsables ante la justicia, reflejando la urgencia de enfrentar la impunidad que a menudo acompaña estos delitos en México. La conmoción generada por este asesinato pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar la violencia en el país, así como la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos.