Mauricio Fernández Garza, el alcalde con licencia de San Pedro Garza García y una de las figuras políticas más polémicas de México, falleció el lunes 22 de diciembre a los 75 años en su domicilio, tras una larga lucha contra el mesotelioma pleural, un cáncer agresivo de pulmón. Fernández Garza, quien había ocupado el cargo en el municipio considerado el más próspero de América Latina, había anunciado recientemente su licencia para concentrarse en su salud. En su última aparición pública, el 15 de septiembre, se mostró en silla de ruedas y con una máscara de oxígeno, y reveló que había decidido suspender todos sus tratamientos oncológicos, sintiéndose resignado a lo que pudiera suceder.
Proveniente de una de las familias más influyentes y adineradas de Nuevo León, Fernández Garza era hijo de Alberto Mario Fernández Ruiloba, un destacado empresario y cofundador del Partido Acción Nacional (PAN), y de la empresaria y promotora cultural Margarita Garza Sada. Su vida, marcada por la riqueza y el privilegio, lo llevó a desempeñarse en diversas posiciones de poder y a crear un impacto significativo en la política regional. A medida que su salud deterioró, optó por alejarse del escrutinio público para pasar sus últimos días en la serenidad de su hogar.