México previó una crisis por el gusano barrenador, pero el gobierno de AMLO no actuó a tiempo

El cierre de la fábrica de moscas estériles en Chiapas ha generado preocupaciones significativas en el ámbito agrícola y económico de México. Según información de un documento al que tuvo acceso la revista Proceso, el gobierno mexicano era consciente de las posibles consecuencias de este cierre, especialmente en relación con la plaga del gusano barrenador (Cochliomyia hominivorax) que afecta a la ganadería.
Un estudio técnico realizado en 2020 por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador estimó que un brote extendido de esta plaga podría acarrear pérdidas económicas anuales de al menos 8 mil 29 millones de pesos. Esta cifra se calcula en base a un incremento del 2% en los costos de producción de ganaderos, que ya enfrentan desafíos relacionados con la producción de carne y leche, la cual generó ingresos significativos en 2019, totalizando 219 mil 209 millones de pesos. Además, la amenaza de la plaga también pone en riesgo las exportaciones de carne y pieles, que al cierre de 2019 alcanzaron un valor de 914 millones de dólares.
Las asociaciones ganaderas han manifestado su preocupación por la falta de comunicación y de medidas preventivas por parte del gobierno actual, que podría haber mitigado los efectos de esta crisis. El conocimiento de la vulnerabilidad del sistema ganadero se remonta al cierre de la planta de producción de moscas estériles en 2013, que había sustituido a otra planta cerrada en 1981 en Texas, lo que señala una historia de falta de acción en la protección del ganado en México ante esta plaga.

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