La Auditoría Superior de la Federación (ASF) de México ha experimentado un cambio significativo con la salida de Emilio Barriga Delgado como Auditor Especial del Gasto Federalizado, siendo sustituido por Aureliano Hernández Palacios Cardel, quien previamente fue su subordinado en la misma área. Este cambio representa el quinto movimiento dentro de la estructura de la ASF desde que David Colmenares Páramo asumió el cargo en 2018.
La ASF no ha proporcionado explicaciones sobre las razones de este cambio, clasificándolo como parte de la designación de Hernández por Colmenares. Sin embargo, la situación se complica por reportes recientes de la revista *Proceso*, que indican irregularidades durante la gestión de Barriga, incluyendo denuncias de prácticas opacas y acuerdos con gobiernos estatales para omitir observaciones sobre irregularidades en el gasto público.
Es notable que tanto Barriga como Hernández están mencionados en una misma denuncia relacionada con estas prácticas. Además, se ha especulado que la salida de Barriga podría estar relacionada con sus intenciones de contender por la titularidad de la ASF en 2026, lo que generaría tensiones dentro de la institución.
Este cambio se da en un contexto donde la ASF tiene un rol fundamental en la supervisión del gasto federal, actuando como un elemento clave en la lucha contra la corrupción en el manejo de recursos. La opacidad y las cuestionables negociaciones entre auditores y gobiernos locales son temas que han suscitado preocupaciones sobre la integridad y la verdad en la fiscalización pública en México.