Los acontecimientos en Playa del Carmen reflejan un grave conflicto entre la autoridad policial y los periodistas que intentaban documentar una situación de interés público. Durante un bloqueo carretero realizado por habitantes del asentamiento irregular de San Judas Tadeo, que exigían la liberación de un líder acusado de extorsión, los policías, bajo la dirección de la alcaldesa Estefanía Mercado Ascencio, agredieron a varios comunicadores.
Los reporteros Carlos Alejandro, fundador de “Noticias el Rumbo del Caribe”, y un colega de “Extra Q. Roo”, fueron víctimas de violencia por parte de la policía. Según informes, Carlos Alejandro fue empujado por un agente vestido de civil, quien le quitó su celular y lo destruyó, mientras que el otro reportero también enfrentó intentos de detención y fue empujado durante su labor informativa.
Videos proporcionados a Proceso evidencian estos actos, mostrando cómo la policía municipal agredió a periodistas y también a otras personas que grababan los sucesos. Este tipo de agresiones a la prensa son preocupantes, ya que van en contra de la libertad de información, un principio fundamental en toda sociedad democrática.
La situación resaltó la tensión existente entre las autoridades locales y los ciudadanos, quienes se manifestaban para pedir justicia, así como la necesidad de proteger el derecho de los periodistas a trabajar sin temor a represalias.