El homenaje al exgobernador Rubén Figueroa en Guerrero ha generado una gran controversia y rechazo entre familiares de víctimas de la guerra sucia y la comunidad cultural. Aída Martínez, titular de la Secretaría de Cultura estatal, se disculpó a través de redes sociales, pero esto no fue suficiente para los cerca de 600 artistas, académicos y defensores de derechos humanos que exigen una disculpa más formal de la gobernadora Evelyn Salgado en el Congreso del estado, para dignificar el sufrimiento de los afectados.
Durante su mandato de 1975 a 1981, Figueroa es considerado uno de los principales responsables de la represión en Guerrero, con numerosos casos de violaciones a derechos humanos que aún permanecen en la impunidad. La reciente celebración del homenaje fue condenada por sobrevivientes y defensores de derechos humanos, quienes recordaron las atrocidades cometidas durante su gobierno, incluyendo la masacre de Aguas Blancas.
El evento ha provocado un reclamo colectivo por justicia y reconocimiento de las heridas abiertas en la sociedad guerrerense, destacando la importancia de que las disculpas y el reconocimiento de la historia se realicen en espacios adecuados y respetuosos de la memoria de las víctimas.