El artículo informa sobre el entierro de José Muñoz, un colaborador cercano de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, quien fue asesinado junto a su secretaria particular, Ximena Guzmán, en un ataque violento. La ceremonia de entierro se llevó a cabo en el Panteón de Dolores y fue acompañada por un fuerte despliegue policial, incluyendo elementos de la Marina y de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, que aseguraron la zona.
La ceremonia fue privada y asistieron familiares de las víctimas, así como la propia mandataria capitalina, quienes fueron resguardados por un número significativo de elementos de seguridad. En el panteón se realizaron homenajes, incluyendo arreglos florales y un retrato de los fallecidos, que transmite un mensaje de esperanza y resistencia: “No nos robarán la utopía”.
La seguridad en la entrada del panteón fue estricta, con control de acceso para evitar que ciudadanos se acercaran durante la ceremonia, que tuvo una duración breve y finalizó alrededor de las 15:30 horas. Se mencionó que el cuerpo de Ximena Guzmán continuaba en la funeraria Gayosso, donde previamente se había realizado el velorio de ambos. Esto resalta el contexto de violencia que se vive en ciertas áreas, reflejando la preocupación por la seguridad de personajes públicos y sus colaboradores.