Durante la marcha conmemorativa del 2 de octubre de 1968, la presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, lamentó que se registraran actos de violencia que resultaron en lesiones para 94 policías y 29 civiles. En su evaluación de los hechos, Sheinbaum cuestionó repetidamente las intenciones de los grupos que utilizaron la violencia, sugiriendo que buscaban provocar una respuesta del gobierno que ilustrara un escenario similar al de la represión del pasado.
Sheinbaum subrayó la naturaleza provocativa de estas acciones y destacó la contención de la policía, elogiando su valiente actuación en un contexto potencialmente explosivo. También mencionó que se estaban llevando a cabo investigaciones para identificar a los responsables de las agresiones, especialmente en relación con un grupo conocido como "bloque negro".
La mandataria expresó la necesidad de mayor capacitación y fortalecimiento de las fuerzas policiales para manejar mejor situaciones similares en el futuro, y al mismo tiempo, criticó las narrativas que buscan equiparar al actual gobierno con el régimen represor del periodo del 68. En este sentido, enfatizó que el gobierno de la Cuarta Transformación se enfrenta a provocaciones y cuestionó las motivaciones detrás de los actos de violencia en una marcha que, según ella, debería representar un espacio de libertad.