El asesinato del presidente municipal de Uruapan, Carlos Manzo Rodríguez, ha desencadenado una ola de protestas y ha puesto de relieve las tensiones políticas en México. La convocatoria a una marcha programada para el 15 de noviembre busca manifestar el descontento ciudadano ante la corrupción y la impunidad, y ha despertado reacciones variadas en el ámbito político.
Ricardo Monreal, coordinador de los diputados de Morena, ha expresado su opinión en contra de la marcha, sugiriendo que los jóvenes deberían reconsiderar su participación. Destacó la disposición de la presidenta Claudia Sheinbaum para someterse a una revocación de mandato, lo que podría interpretarse como un intento de calmar las tensiones y mostrar apertura a las demandas de la ciudadanía.
Monreal también ha hecho hincapié en la naturaleza del debate en redes sociales, mencionando que muchos comentarios reflejan odio y furia, los cuales considera injustificados hacia la presidenta, quien, según él, ha manejado la situación con sensibilidad y firmeza en la lucha contra la violencia que ha asolado al país durante años. Asimismo, instó a no aprovechar el trágico evento del asesinato de Manzo Rodríguez para polarizar la situación política y llamó a actuar con prudencia.
La situación representa no solo un hecho de violencia política, sino también un punto de inflexión en el discurso público sobre los temas de seguridad y gobernanza en México, con un evidente descontento social reflejado en convocatorias a movilizaciones. La actitud y las declaraciones de los líderes políticos seguirán siendo un factor crucial en cómo se desarrollen estos eventos y cómo se perciban las acciones del gobierno frente a la violencia y la impunidad.