Siguen desapariciones en el Ajusco; la delincuencia opera con impunidad

La situación en el Ajusco, Tlalpan, es crítica en términos de seguridad y desapariciones. A pesar de los esfuerzos de las familias buscadoras y los recorridos de búsqueda, la zona permanece desprotegida y vulnerable a la delincuencia. La falta de vigilancia, el escaso alumbrado y la existencia de casas potencialmente utilizadas por grupos delictivos agravan esta problemática.
Las deficiencias en la respuesta institucional son evidentes, con protocolos que no se activan adecuadamente y alertas que llegan tarde. Un caso notable es el de María Isabel Orozco Lozano, una joven de 16 años que desapareció el 2 de septiembre. Su madre, Pilar Joana Lozano Briceño, ha denunciado la falta de atención de las autoridades y la inadecuada activación de la Alerta Amber, que legalmente debería haberse emitido de inmediato. La madre ha tenido que tomar la iniciativa para difundir la solicitud de búsqueda, destacando la ineficacia del sistema de seguridad que, en teoría, debería proteger a la comunidad.
Además, se evidencia un patrón de desapariciones y un incremento en la delincuencia en su colonia, lo que sugiere una situación alarmante. La infraestructura de seguridad, como el sistema de videovigilancia, también muestra serias fallas, afectando la capacidad de prevención de delitos y la respuesta eficaz ante incidentes.
La situación en el Ajusco refleja una crisis de seguridad y una profunda necesidad de reformas en los protocolos de atención a las víctimas y de prevención del delito en la Ciudad de México.

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