El pasado sábado, integrantes de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), así como maestros, activistas y organizaciones sociales, llevaron a cabo una marcha en Chilpancingo, Guerrero, con el objetivo de exigir justicia y recordar la masacre de 17 campesinos ocurrida hace 30 años en Aguas Blancas. Esta tragedia tuvo lugar el 28 de junio de 1995, cuando miembros de la OCSS fueron atacados por agentes de la desaparecida Policía Motorizada de Guerrero.
Durante la protesta, que reunió a más de 300 participantes, se demandó que la presidenta Claudia Sheinbaum se haga eco de las exigencias de justicia, incluyendo el castigo a los responsables, muchos de los cuales, según la OCSS, contaron con la complicidad de altos mandos militares y del gobierno estatal de aquel entonces, encabezado por Rubén Figueroa Alcocer.
Además, los manifestantes pidieron la liberación del preso político Antonio Barragán Carrasco y la presentación con vida de Gilberto Romero Vázquez, cuyo paradero aún se desconoce, así como de los hermanos Mauro y Benito Bahena Maldonado. La marcha se realizó a lo largo de la carretera que conecta a los habitantes de la sierra con el municipio de Coyuca de Benítez, culminando en el vado donde tuvo lugar la masacre.
En 1995, Romero Vázquez había estado activamente involucrado en la defensa de los derechos campesinos, y su desaparición ocurrió poco después de que presentara un pliego petitorio ante autoridades estatales y militares. La exigencia de justicia por parte de la OCSS sigue vigente, reflejando la lucha continua por los derechos humanos en esta región.