En un análisis reciente publicado por **Proceso**, se cuestiona la validez de los datos de criminalidad que presenta la presidenta Claudia Sheinbaum en sus conferencias matutinas. Expertos en seguridad señalan que las cifras sobre homicidios dolosos y delitos de alto impacto, que el gobierno destaca como indicadores de éxito en su estrategia de seguridad, han sido manipuladas y presentan "serias fallas técnicas".
Según los académicos consultados, el cambio inexplicable en la metodología de medición y la clasificación de crímenes han distorsionado la realidad. En particular, muchos homicidios dolosos están siendo registrados como "otros delitos contra la vida", mientras que un número significativo de desapariciones, que deberían categorizarse como asesinatos, no se están contabilizando adecuadamente. Este problema se acentúa con la inminente "actualización" del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas (RNPDNO), que, según la presidenta, se ajustará a nuevas normativas legales que solo considerarán desaparecidas a aquellas personas con una carpeta de investigación abierta.
Este enfoque, según los expertos, contribuirá a reducir drásticamente las cifras reportadas de desapariciones, ocultando así el verdadero fenómeno de violencia homicida en el país. A pesar de que el gobierno sostiene que los homicidios han disminuido, la percepción de inseguridad entre la población ha aumentado, como indica un reciente estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, que revela un crecimiento del 58.6% al 63% en la percepción de inseguridad pública en el último año.
Además, datos del RNPDNO revelan que durante el primer año de Sheinbaum en el cargo, el número de personas desaparecidas e no localizadas llegó a 14,761, lo que representa un incremento del 54% en comparación con el promedio anual de 9,582 durante el sexenio anterior. Este aumento claro en las desapariciones contrasta con la narrativa oficial del gobierno sobre la disminución de la violencia, lo que, según los expertos, refuerza la idea de que existen intentos de ajustar la información a una imagen positiva de la situación de seguridad en México.