Cine/Aún no: "28 años más tarde"

El análisis del género de zombi en el cine, especialmente en la película "28 años más tarde", presenta una reflexión interesante sobre cómo este tipo de narrativa puede funcionar como un espejo de las tensiones sociales y políticas contemporáneas. Al igual que el western, que ha sido una forma de explorar la identidad y la expansión de Estados Unidos, el cine de zombis ofrece una mirada a la descomposición y los miedos de la sociedad actual.
La evolución del zombi, desde los muertos vivientes clásicos hacia los más complejos y elevados que vemos en obras recientes, puede reflejar un cambio en la percepción de nuestras propias crises y miedos; en este caso, el COVID-19 como una pandemia que ha transformado nuestras vidas y nuestra manera de interactuar con los demás y con el mundo.
La trama mencionada en "28 años más tarde" sugiere una sociedad postapocalíptica en la que no solo hay peligros externos, como los zombis mutados, sino también dinámicas internas complejas, incluidas las relaciones familiares y la búsqueda de significado en un mundo cambiado. Esto es especialmente relevante en un contexto donde el miedo, la incertidumbre y la lucha por la supervivencia moldean las decisiones y las interacciones humanas.
Así, la conexión entre el zombi y el contexto sociopolítico, como el Brexit o las preocupaciones sobre la inmigración y el aislamiento, añade un estatus crítico al género. Esta película parece querer explorar temas de identidad, comunidad y los límites de la moralidad en situaciones extremas, lo que la convierte en una obra no solo de entretenimiento, sino también de reflexión sobre la condición humana en tiempos de crisis. Sin duda, el género de zombi sigue siendo un territorio fértil para cuestionar la realidad contemporánea y nuestras propias reacciones frente al colapso social.

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