El jueves pasado, en la planta MAHLE Pistones de Ramos Arizpe, la Confederación de Trabajadores de México (CTM) llevó a cabo un boicot que detuvo la elección de la representación sindical. La presencia del grupo, encabezado por Arturo Dávila Mesina, causó tensiones entre trabajadores de diferentes turnos y provocó que se suspendieran las actividades laborales.
Dávila Mesina afirmó que había recibido informes de hostigamiento hacia los obreros por parte de representantes de la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), acusándolos de intimidaciones y persecuciones. Según sus declaraciones, este comportamiento reflejaría un interés en amedrentar a los trabajadores para que optaran por CATEM en la elección del sindicato.
Por otro lado, algunos trabajadores manifestaron que era la CTM la que estaba realizando actos de hostigamiento en su favor, incluyendo bloqueos en las instalaciones que impedían su acceso al trabajo y agresiones verbales. En medio del conflicto, las autoridades laborales de Coahuila se activaron para prevenir un incremento en la violencia.
El Tribunal Laboral Federal ordenó a la CTM que levantara el bloqueo y anunció la imposición de sanciones, que podrían incluir multas significativas y arresto para Dávila Medina si no se retiraba el grupo que estaba causando disturbios en la empresa. La situación en la planta refleja las tensiones y rivalidades que pueden existir entre diferentes organizaciones sindicales en México, así como la complejidad de representar los intereses de los trabajadores en un ambiente conflictivo.