La situación en Puebla durante la marcha por el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas ha generado preocupación por el manejo de la seguridad pública y la libertad de prensa. La policía local detuvo a varias mujeres bajo acusaciones de vandalismo, lo que ha levantado críticas sobre el uso de la fuerza y la supresión de la cobertura mediática.
Un oficial de policía acusó a una reportera de ser cómplice del vandalismo por su presencia en la marcha, lo que refleja una falta de entendimiento sobre el rol de la prensa en cubrir eventos públicos. A pesar de las aclaraciones de los periodistas, quienes defendieron su derecho a documentar la protesta, las autoridades continuaron bloqueando su acceso y limitando su capacidad de informar sobre las detenciones.
Este tipo de incidentes pone de manifiesto la tensión entre las autoridades y los medios de comunicación, especialmente en contextos de protestas donde los derechos de las personas y la libertad de expresión son fundamentales. La situación de las mujeres detenidas y la manera en que se manejó la cobertura mediática son temas que merecen una atención cuidadosa por parte de la sociedad y de organizaciones de derechos humanos.