La Masacre del Jueves de Corpus, también conocida como "El Halconazo", se refiere a los trágicos eventos ocurridos el 10 de junio de 1971 en México, donde se desató una violenta represión contra estudiantes que estaban en una manifestación pacífica. Este episodio es recordado como uno de los momentos más oscuros de la historia reciente del país y ha dejado una profunda herida en la memoria colectiva.
A pesar de los más de cincuenta años transcurridos desde entonces, las víctimas de la masacre siguen buscando justicia y reconocimiento. Se estima que al menos 100 personas perdieron la vida durante este evento, y, lamentablemente, el caso sigue en gran parte impune.
A lo largo de estas décadas, varios gobiernos han tratado de abordar lo sucedido, pero los resultados han sido insatisfactorios. A pesar de las comisiones de la verdad y las disculpas públicas, como la ofrecida por el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2021 al cumplirse 50 años de la masacre, el acceso a la verdad y la justicia para las víctimas y sus familias ha avanzado lentamente.
El caso ha pasado por diferentes instancias judiciales, incluidas autoridades que han tratado de investigar a altos funcionarios, como el expresidente Luis Echeverría. Sin embargo, muchos esfuerzos han quedado en el camino, a menudo aduciendo la falta de pruebas suficientes para avanzar en la judicialización de los responsables.
La lucha por justicia continúa con la participación de organizaciones como el Comité 68, que agrupa tanto a sobrevivientes como a defensores de derechos humanos, quienes han recurrido incluso a organismos internacionales, como la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, para que se reconozcan sus derechos y se garantice una respuesta efectiva por parte del Estado.
El caso de la Masacre del Jueves de Corpus es un recordatorio de la importancia de la memoria, la justicia y el compromiso con la defensa de los derechos humanos en México.