La presidenta Claudia Sheinbaum se pronunció sobre la situación de los crímenes en México, haciendo una distinción entre la violencia asociada a la delincuencia organizada y los crímenes de lesa humanidad que anteriormente eran perpetrados por el Estado. En sus declaraciones, Sheinbaum enfatizó que esos crímenes de lesa humanidad "no existen ya en México", sugiriendo que el enfoque actual se centra en la lucha contra el crimen organizado y la reducción de la violencia en el país.
En relación con el caso particular del rancho en Teuchitlán, Jalisco, Sheinbaum afirmó que se llevará a cabo una investigación exhaustiva, subrayando que el gobierno no intentará "construir verdades" y que la Fiscalía será responsable de los hallazgos. Sin embargo, también manifestó su escepticismo sobre los colectivos que solicitan justicia, sugiriendo que es importante considerar las organizaciones que emiten los señalamientos.
Adicionalmente, la presidenta mencionó el envío de reformas a la Cámara de Senadores, específicamente en materia de desaparición forzada y población, reconociendo la preocupación de familiares de víctimas sobre su inclusión en el proceso de elaboración de dichas iniciativas. Esto refleja la complejidad del contexto en el que se desarrollan estas políticas y la necesidad de un enfoque inclusivo para abordar las demandas de justicia y verdad en México.